No te creas nada, ni siquiera lo evidente

Stephen Glass era un joven lleno de ambiciones y aspiraciones que a mediados de la década de los 90 trabajaba como periodista en el diario “The New Republic”. El 18 de mayo de 1998 publicó su último artículo “Hack Heaven”, ya que posteriormente, éste se convirtió en la llave que abrió la puerta del escándalo.
Aunque estas primeras líneas resumen el contenido de la película “El precio de la verdad” (Billy Raid, 2003) también narran lo que realmente ocurrió a mediados de la década de los 90. Es decir, la película esta basada en hechos reales.

Aquel 18 de mayo del 1998 el diario de análisis político “The New Republic” contaba desde hacía poco tiempo con un nuevo directo, Chuc Lane, quien anteriormente habías sido redactor del mismo. Tras publicarse “El paraíso del Hacker” (Hack Heaven) un periodista de la revista digital Forbes, Adam Penemberg, comenzó a analizar dicho artículo y consecuentemente descubrió que las fuentes que en él se citaban eran inexistentes.
Tras ello, Forbes contactó con “The New Republic” y puso en aviso a Chuck. A pesar de las sospechas, el director defendió a Glass (que por aquel entonces contaba con el incondicional apoyo de sus compañeros de redacción, además de ser una pieza codiciada por otros medios) hasta que las evidentes pruebas hicieron que fuera indefendible. Finalmente, Stephen Glass fue despedido.

Pocos días después, Forbes publicó un artículo en el que se desmantelaba la mentira de Stephen Glass, argumentando y demostrando que “Hack Heaven” había sido una invención de su autor. “The New Republic”, por su parte, publicó un artículo dirigido especialmente a sus lectores, pidiendo disculpas y anunciado que, de los 41 artículos que Glass había escrito para el diario, 27 de ellos habían sido inventados, de forma parcial o completa, por el propio autor.

Poco antes de estrenarse la película referente a lo sucedido, el diaro El Mundo publicó un artículo sobre ello, y sobre Hayden Christensen (actor que interpretó el papel de Stephen Glass). Sin embargo, el de Glass no ha sido el único caso. Jayson Blair, periodista del diaro “The New York Times” también recurrió a la invención a la hora de redactar sus artículos, los cuales llegaron a ser publicados. En el diario El Mundo puede leerse un artículo sobre ello.

«Mentí, mentí y volví a mentir mentí sobre dónde había estado, mentí acerca de dónde había encontrado la información y mentí sobre cómo escribí la historia». (Jayson Blair)

Sobre Glass, el asunto se difundió por todos los medios de Norteamérica. También los blogs se hicieron de lo ocurrido, e incluso algunos de ellos hablaron del asunto cuando la película fue estrenada, como es el caso del blog de periodistadigital.

¿Hasta dónde puede llegar la ambición de un periodista? Cualquier periodista, estudiante o profesional, sabe que en esta profesión hay dos reglas de oro: constatar las fuentes, y fundamental, no mentir nunca. ¿Tan débil es la línea que separa la verdad de la mentira?
No obstante, y por desgracia para el gremio, hay quienes prefieren mentir con tal de escalar puestos y ser reconocido por otros medios así como los ciudadanos. Sin embargo, el precio que ello conlleva es muy elevado. Como la propia película dice… “El precio de la verdad”. Mientras tanto, nosotros, los periodistas tenemos que realizar nuestro trabajo: buscar, siempre, la verdad.

Stephen Glass, tras ser despedido, se licenció en Derecho. Asimismo, escribió una novela "El fabulador" que cuenta las historias de un joven periodista lleno de ambiciones.